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12 de enero de 2016

Las guerras victimizan a los menores, al no poder estudiar, afectando su futuro


Ginebra - Casi 24 millones de niños que viven en 22 países afectados por conflictos no van a la escuela, según un estudio realizado por Unicef y presentado hoy.

El análisis destaca que casi uno de cada cuatro de los 109.2 millones de niños en edad escolar primaria y secundaria -entre los 6 y los 15 años- que viven en zonas de conflicto no recibe una educación.

En Sudán del Sur vive la mayor proporción de niños sin escolarizar, ya que más de la mitad (51 %) de los niños en edad de primaria y secundaria no tienen acceso a la educación.

Níger se sitúa en segundo lugar, ya que un 47 % de los niños no asiste a la escuela, seguido de Sudán (41 %) y Afganistán (40 %), según el estudio.

"Los niños que viven en países afectados por conflictos han perdido sus hogares, a sus familiares, sus amigos, su seguridad y su sensación de normalidad", dijo la jefa de Educación de Unicef, Jo Bourne, citada en un comunicado.

"Ahora, sin poder adquirir conocimientos como la lectura y la escritura básicas, corren el riesgo de perder su futuro y de no poder disfrutar la oportunidad de contribuir a sus economías y sociedades cuando se conviertan en personas adultas", añadió.

En los países afectados por conflictos, la recopilación de datos sobre los niños es extremadamente difícil y por ello podría ser que estas cifras no reflejen de manera adecuada la amplitud y profundidad del problema, advierte Unicef.

La Agencia de Naciones Unidas para la Infancia teme que si no se da prioridad a la provisión de educación en situaciones de emergencia, una generación de niños que viven en conflicto crecerá sin las habilidades que necesita para ofrecer una contribución a sus países y a sus economías, "lo que agravará la situación ya desesperada de millones de niños y de sus familias".

A pesar de todo ello, la educación sigue siendo uno de los sectores menos financiados en los llamamientos humanitarios.

Un ejemplo es el de Uganda, donde Unicef está proporcionando servicios a los refugiados de Sudán del Sur, pero donde el déficit de financiación de la educación alcanza el 89 %.

"La escuela prepara a los niños con los conocimientos y las habilidades que necesitan para reconstruir sus comunidades una vez que el conflicto haya terminado, y a corto plazo les proporciona la estabilidad y la estructura necesarias para hacer frente al trauma que han vivido. Las escuelas también pueden proteger a los niños contra los traumas y los peligros físicos que les rodean", subrayó la experta.

"Cuando los niños no van a la escuela, corren un mayor riesgo de sufrir casos de abuso, explotación y reclutamiento en grupos armados", agregó Bourne. (endi.com, martes 12 de enero de 2016)