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31 de marzo de 2015

Veteranos a merced del suicidio y los trastornos mentales

 Orlando Rivera.
Sobreviven a las balas, a la explosión de minas, pero no escapan de las enfermedades. Un elevado porcentaje de los veteranos de guerra arrastran con una serie de afecciones y padecimientos que no solo dificultan su integración a la sociedad, sino que ponen en peligro su vida y la de otros, uno de los más conocidos es el trastorno de estrés postraumático (PTSD, en inglés).
El caso del exmilitar puertorriqueño Iván López, quien mató a tres personas e hirió a 16 antes de suicidarse en la base de Fort Hood (Texas), y el de Orlando Rivera, veterano acusado de matar a dos personas en el poblado del Tuque en Ponce, son solo algunos con la mencionada enfermedad como denominador común.
Según estadísticas, un 30 % de los militares que llegan de las guerras de Irak y Afganistán presentan síntomas de PTSD, un desorden de ansiedad que afecta a más de 250,000 exmilitares.
De acuerdo con el investigador del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, Christian Bravo Rivera, uno de los mayores problemas que enfrentan los veteranos con el PTSD es la falta de tratamientos específicos para su afección. Esto se debe, explica, a que no hay muchos estudios científicos que permitan entender este desorden y prueben la eficacia de los medicamentos.
A tales efectos, el neurocientífico desarrolló un nuevo experimento para estudiar a nivel cerebral el estrés postraumático que experimentan muchos soldados y que se manifiesta por medio de miedo extremo, como ataques de pánico, y evasión de situaciones que les remiten a la experiencia traumática.
“El Platform-Mediated Avoidance Task es un modelo que estudia un síntoma principal del PTSD, que es la evasión de recordatorios de experiencias traumáticas. Muchos soldados han pasado por momentos difíciles que se les graban en la memoria. Cuando llegan a sus casas, pueden encontrarse con un elemento que les reactive ese trauma, como la lluvia o ruidos fuertes, al que no se pueden enfrentar y lo evitan. Esto les impide realizar sus actividades diarias”.
De acuerdo con el joven investigador del Laboratorio del Miedo, la evasión es la principal forma de expresión de miedo de los seres humanos, además de ser el síntoma característico del trastorno de estrés postraumático. No obstante, no se ha estudiado mucho en el campo y las investigaciones que existen no permiten ver cómo se comporta este trastorno en el cerebro.
“Este experimento trae una nueva perspectiva en los estudios del miedo. Con él hemos podido ver por primera vez en el cerebro de las ratas, que es muy parecido al humano, qué estructuras cerebrales controlan la conducta de evasión, y con esta información por fin empezamos a entender en qué consiste el desorden del estrés postraumático”, sostuvo Bravo Rivera.
El neurocientífico se mostró optimista en cuanto a encontrar un tratamiento para el PTSD. Este explicó que lo primordial es describir esta enfermedad a nivel cerebral y, posteriormente, probar medicamentos que sanen esas estructuras cerebrales.
“Ya dimos el primer paso para encontrar el tratamiento del PTSD, que es definir fisiológicamente este desorden. El próximo paso es desarrollar los medicamentos o probar los que ya existen y ver su efecto en las estructuras del cerebro que ya vimos que intervienen en la expresión del trastorno”, concluyó el experto. El estudio de este equipo de científicos boricuas fue publicado en la prestigiosa revista de ciencias Journal of Neuroscience bajo el título “Neural Estructures Mediating Expression and Extinction of Platform-Mediated Avoidance” (2014)
http://www.metro.pr/marcados-por-la-guerra/veteranos-a-merced-del-suicidio-y-los-trastornos-mentales/pGXocy!4kaX8v189eHI6/
Juan Carlos Melo @melodicespr